También reconoció la importante labor del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y su contribución a la paz y al desarrollo sostenible.
En el caso de Cuba, añadió, el respaldo de la OIEA para el enfrentamiento a la pandemia de la Covi-19 contribuyó a consolidar una red de laboratorios de biología molecular en todas las provincias del territorio, con personal altamente calificado.
Además, el embajador abogó por el fin inmediato de las medidas coercitivas unilaterales que imponen restricciones a las exportaciones a los países en desarrollo, de materiales, equipos y tecnologías para actividades nucleares con fines pacíficos.
Pedroso señaló que la aplicación del sistema de verificación de las salvaguardias del OIEA es esencial en la implementación del Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares, incluido para corroborar la índole pacífica de los programas de energía nuclear.
Esa organización, puntualizó, es el marco para la adopción de normas internacionales sobre seguridad física nuclear, que deben ser resultado de negociaciones multilaterales transparentes e inclusivas, con la participación de todos los Estados miembros de la ONU.
Asimismo, el embajador cubano enfatizó en que la única garantía contra el uso de las armas nucleares es su total eliminación de forma irreversible, transparente y verificada.
Desde mediados de año, Cuba ocupa la secretaría del grupo directivo del Órgano de Coordinación Técnica del Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe.
Este miércoles se puso a consideración en la ONU el más reciente informe de la OIEA y los Estados miembros expusieron sus puntos de vista al respecto.
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