El documento incide en las tres principales amenazas para el desarrollo de la libertad de información en todo el mundo, como son la seguridad de los periodistas, los ataques a la libertad de prensa y las debilidades económicas de los medios tradicionales.
«El periodismo está en peligro», señaló la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, haciendo referencia no solo a la violencia y los asesinatos a los miembros de la prensa, sino a una nueva y creciente tendencia de amenazas y acoso a través de internet que afecta especialmente a las mujeres periodistas.
Igualmente señaló que la pandemia de Covid-19 aumentó las restricciones a la información en muchos países, y el crecimiento exponencial de las redes sociales como canal comunicativo multiplicó la desinformación, amenazando de ese modo la labor de los periodistas.
Frente a ello Azoulay se congratuló del auge del periodismo colaborativo y de investigación, para contrastar las falsas informaciones, «pues también son tendencias que dan esperanza», dijo.
En ese sentido Guy Berger, uno de los responsables del informe, señaló que «las noticias falsas en las redes sociales son todo lo contrario de lo que debe ser el periodismo, difundiendo mensajes de odio e incitando a la violencia».
Por su parte el Premio Nobel de Economía, Joseph Siglitz, consideró que «la información es un bien publico y como tal debe ser protegida por el bien de la sociedad, pues garantiza el diálogo democrático».
Con respecto a los peligros para los periodistas citó «tanto a gobiernos que no quieren garantizar información clara, como al sector privado que únicamente busca defender sus propios intereses», y en este sentido señaló a las empresa mineras que prosperan gracias a «clausulas leoninas y condiciones intolerables» para los pueblos y la naturaleza.
Stiglitz también denunció el factor desestabilizador de las redes sociales, «un canal de difusión viral de noticias falsas, que mina al periodismo independiente y propaga mensajes que violan los derechos humanos más básicos», por lo que reclamó alguna iniciativa de control.
El informe, presentado en el marco de la 41 sesión de la Conferencia General de la Unesco, señaló que si bien los asesinatos de periodistas marcan una tendencia descendente desde el año 2015, 116 frente a los 62 del pasado año, el número de profesionales encarcelados aumentó de manera notable en ese mismo periodo, pasando de 198 a 274.
mem/acm