La implantación de nuevas medidas de control en las terminales aéreas unida a la fuerte recuperación del tráfico genera largas colas, malestar e inconformidad en los usuarios de esas instalaciones tanto receptoras como emisoras, según la Encuesta Global de Pasajeros, elaborada por la IATA.
Si antes un pasajero, en momentos pico, tardaba 1,5 horas en procesos de viaje, ahora invierte tres, por lo que desean utilizar identificación biométrica (reconocimiento a través de datos personales fisiológicos, físicos o conductuales) en esos trámites.
Y eso sin la reactivación total del flujo de viajes previo a la pandemia, con las mayores demoras en el control de facturación y en las fronteras (emigración e inmigración), donde se comprueban los certificados sanitarios.
La pesquisa arrojó que el 73 por ciento de los viajeros prefiere ese mecanismo y un 88 por ciento compartiría información de inmigración antes de la salida con tal de ahorrar tiempo.
Los pasajeros quieren que se use la tecnología de una forma más profunda con el fin de pasar menos tiempo siendo procesados o haciendo colas, y están dispuestos a utilizar datos biométricos con tal de obtener ese resultado, aseveró el vicepresidente de Operaciones y Seguridad de la IATA, Nick Carreen.
El directivo dijo que, en estos momentos tras la pandemia, hay una ventana de oportunidad para ofrecer mejoras de eficiencia a los viajeros, las aerolíneas, los aeropuertos y los gobiernos.
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