La funcionaria fue también directora de comunicaciones y asesora principal de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, así como asistente especial de Barack Obama (2009-enero de 2017).
Harris aprovechó el contexto para defender su rol como vicemandataria y dijo sentirse “muy emocionada por el trabajo que hemos logrado».
Sin embargo, el bajo índice de aprobación de la número dos de la mansión ejecutiva la posiciona no solo como la persona más impopular en ocupar la vicepresidencia estadounidense, sino que aparece en peor lugar que el exgobernante Donald Trump, después del asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero.
De acuerdo con una reciente encuesta de USA Today y Suffolk University, el 51 por ciento de los entrevistados desaprueban la gestión de Harris y todo indica que su cercanía al presidente Joe Biden no le hace tampoco mucho bien.
Un sondeo de ABC News y The Washington Post reveló que el apoyo al desempeño de Biden cayó a 41 por ciento en noviembre, 11 puntos menos en comparación con el mes de marzo, cuando todavía estaba en la luna de miel de su presidencia.
Influyeron en las bajas notas la crisis migratoria en la frontera con México, la retirada caótica de Afganistán, la expansión de la variante delta del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, y la actual inflación, la peor en 31 años en Estados Unidos.
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