Ambas acciones suceden a acusaciones por parte del Gobierno búlgaro de injerencia y manipulación del voto de los nacionales residentes en esta nación que ejercieron el sufragio en los comicios generales de la pasada semana.
La alianza opositora Seguimos con el Cambio (PP) logró en esa jornada un sorpresivo triunfo y desbancó, contra todos los pronósticos, al partido Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria en el poder, según datos divulgados por la Comisión Electoral Central.
Ante ese resultado el ejecutivo en funciones allí acusó a las autoridades de Ankara de manipular el voto de los nacionales residentes en esta nación en favor del partido proturco Movimiento por los Derechos y Libertades (MDL).
Esa fuerza política recibió más de 87 mil votos desde el extranjero, la mayoría desde aquí.
Entonces el ministro del Interior búlgaro en funciones, Boiko Rashkov, acusó a este gobierno de forzar el resultado tras presionar a los votantes para favorecer all MLD.
Fuentes cercanas a la presidencia búlgara manifestaron el temor de las autoridades de Sofía de un nuevo intento de supuesta injerencia durante la segunda vuelta electoral el próximo domingo en las que el presidente Rumen Radev aspira a un segundo mandato.
Radev y el jefe de Gobierno, Boiko Borisov, son oponentes desde sus respectivos poderes y sobre el último pesan acusaciones por corrupción, que lo obligaron a dimitir a mediados de año y ahora ejerce el cargo en funciones ante la imposibilidad de formar un nuevo ejecutivo.
Tal situación motivó las elecciones parlamentarias anticipadas, coincidentes en fecha con las presidenciales, en medio de la crisis de ingobernabilidad que vive el país y un fuerte rebrote de la Covid-19.
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