El ministro de Respuesta a la Covid-19, Chris Hipkins, señaló en una conferencia de prensa que la nación prefiere la flexibilización más cautelosa de las restricciones fronterizas vigentes durante casi dos años.
Un enfoque por fases para volver a conectar con el mundo es el más seguro para garantizar que el riesgo se gestione con cuidado, dijo.
Junto con su aislamiento geográfico, el país del Pacífico Sur impuso restricciones pandémicas estrictas que limitaron la propagación de la enfermedad y ayudaron a su economía a recuperarse más rápido que otros.
Luego de un brote de la variante Delta altamente contagiosa a principios de este año la nación prefirió abrir gradualmente a medida que aumentan las tasas de vacunación.
Hipkins indicó que los viajeros internacionales completamente vacunados podrán ingresar al país solo a partir del 30 de abril del próximo año, y aislarse por sí mismos durante siete días a su llegada.
Los neozelandeses vacunados residentes en la vecina Australia pueden viajar a Nueva Zelanda a partir del 16 de enero, y los del resto de las naciones podrán entrar a partir del 13 de febrero.
Como ha sido recurrente en el resto del mundo, los viajeros deberán presentar una prueba negativa previa a la salida, un certificado de estar completamente vacunado y pasar un test de Covid-19 a la llegada.
Nueva Zelanda registra poco más de 10 mil enfermos desde que comenzó la pandemia y 40 muertes, muy por debajo de la media mundial.
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