“Atacar a los manifestantes y la propiedad pública y privada es inaceptable”, afirmó al-Kazemi en un mensaje por las redes sociales.
Señaló que las manifestaciones pacíficas constituyen un derecho constitucional y rechazó los métodos violentos para dispersarlas y el daño a la propiedad pública y privada.
“Los recientes y dolorosos eventos en Suleimaniya requieren una postura unificada de todas las partes para preservar la paz civil y evitar una escalada”, agregó.
Las protestas comenzaron el domingo último en la Universidad de Sulaimani, en demanda del restablecimiento por el Gobierno Regional de asignaciones estudiantiles recortadas desde 2014 a causa de la crisis del país.
Los estudiantes de universidades públicas solían recibir de 27 a 67 dólares mensuales como ayuda, pero el Gobierno la eliminó por la guerra contra el Estado Islámico y las bajas del precio del petróleo en el mercado mundial.
De ese reclamo inicial, los universitarios pasaron a exigir mejores servicios, la abolición de la política en los asuntos docentes y un mejor sistema educativo.
Otras ciudades, incluida Erbil, la capital kurda, registraron protestas masivas contra las cuales las fuerzas de seguridad recurrieron a bastones eléctricos, cañones de agua, gas lacrimógeno y balas de goma.
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