Llevado a cabo en la intrincada zona de Limones Cantero, en el municipio espirituano de Trinidad, el alevoso crimen de la contrarrevolución estaba encaminado a frustrar la Campaña Nacional de la Alfabetización que se acercaba ya a su final.
Los bandidos llegaron a la vivienda del campesino y con artimañas lograron su objetivo. Luego, al preguntar quién era él, el joven Manuel Ascunce, de apenas 16 años, respondió con firmeza: “Yo soy el maestro”.
Una ofrenda floral depositada en el monumento que perpetúa la memoria del maestro y su alumno fue el preámbulo de la conmemoración en la que se expusieron símbolos como un cuaderno de trabajo y una cartilla, y la boina usada por Ascunce hace seis décadas.
Asimismo, la funda del revólver del campesino y miliciano Pedro Lantigua, entre otros objetos.
Elaine Vizcaíno, estudiante de la escuela Rafael María de Mendive, expresó el compromiso de los jóvenes de mantener vivo el legado de Fidel. Nuestra Revolución es ejemplo para el mundo, resaltó.
La ocasión también fue propicia para reconocer a educadores con la Orden Frank País, de Segundo Grado; Orden Lázaro Peña, de Tercer Grado, y la medalla José Tey, así como a los integrantes del primer contingente del Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech.
Se abanderó al contingente No.49, lo cual estuvo a cargo de la rectora de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez, Naima Ariatne Trujillo.
Al hacer las conclusiones del acto, Osbel Lorenzo, miembro del Buró Provincial del Partido, resaltó los valores morales y la nobleza de aquel joven de solo 16 años que dio su paso al frente al llamado de la alfabetización.
Recordó cómo los bandidos ahorcan a maestro y alumno, a pocos metros de la vivienda del campesino.
La muerte de Ascunce causó gran tristeza en el pueblo, pero la Campaña de Alfabetización No se detuvo, concluyó.
El acto de recordación estuvo presidido, además, por Teresita Romero, gobernadora de la provincia de Sancti Spíritus.
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