Lo acompañan máximas figuras del Gobierno, el Partido Comunista, la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, la Federación de Estudiantes Universitarios, entre otros representantes de organizaciones de masas y sociedad civil.
Como es tradicional, los participantes harán una peregrinación desde la emblemática escalinata de la Universidad de La Habana hasta el monumento que recuerda a los ocho fusilados.
El 23 de noviembre de 1871 un grupo de estudiantes de medicina del primer año esperaban a su profesor en el anfiteatro anatómico continuo al Cementerio de Espada, en La Habana.
De acuerdo con investigaciones históricas, los jóvenes se dispersaron por el camposanto, unos dieron vueltas subidos a la carretilla del lugar, otro arrancó una flor y el resto jugó entre sí. Posteriormente, las autoridades españolas los acusaron sin prueba de profanar la tumba del periodista español Gonzalo Castañón.
Esto ocurre en medio de un contexto histórico tenso debido a las crecientes derrotas del ejército ibérico a manos de los líderes de la guerra de independencia que los combatían desde 1868 en el oriente del país.
En el primer Consejo de Guerra se demostró la inocencia de los jóvenes, sin embargo, debido a la presión del Cuerpo de Voluntarios españoles de La Habana, un segundo juicio decidió sentenciar a los jóvenes como escarmiento.
Para completar la cifra de ocho, tres de los alumnos fueron escogidos al azar, sorteo en que salió un estudiante de 17 años de la ciudad de Matanzas, que no estaba en la capital del país el día de la supuesta profanación.
El 27 de noviembre fusilaron a esos alumnos, otro grupo fue condenado a presidio y luego desterrado.
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