La embarcación de tres mástiles construida en 1914, de propiedad y operada por la fundación de igual nombre, arribó por primera vez a Cuba el pasado 24 de noviembre a la terminal de cruceros Sierra Maestra, de esta capital, una de las 36 paradas alrededor del mundo prevista en su recorrido de 55 mil millas náuticas durante 20 meses.
Los participantes de esa expedición, considerada una parte reconocida de la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible de la ONU, presentaron sus experiencias en el seminario “Sostenibilidad, medio ambiente y gobernanza para el futuro del océano”, realizado en el Hotel Nacional de Cuba.
Representantes del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), del Instituto de Metrología, el Acuario Nacional, entre otras instituciones científicas cubanas asistieron al encuentro.
Martha Rodríguez Uratsuka, vicepresidenta de la Agencia de Medio Ambiente perteneciente al Citma, explicó que los resultados de los estudios realizados por la expedición internacional sobre la absorción del dióxido de carbono por los océanos y la salinidad de las aguas son de vital importancia para la isla caribeña.
Asimismo, las evaluaciones del aumento del nivel del mar, mientras destacaba que la visita de ese proyecto es una buena oportunidad para explorar futuras áreas de colaboración en el campo científico, durante el recibimiento del velero.
One Ocean recrea también la expedición de científicos británicos a bordo de la corbeta HMS Challenger. entre diciembre de 1872 y mayo de 1876, considerados los pioneros de la oceanografía moderna porque midieron la temperatura del agua en superficie y en profundidad utilizando una cuerda de paja, agregó.
Esta última, al estirarse con el peso, podría variar las mediciones de aquel momento y actualmente se intenta calibrar los resultados para compararlos con un instrumento similar a casi mil metros de profundidad.
La embarcación partió el pasado 20 de agosto de Arendal, Noruega, y llegó a La Habana procedente de Jamaica. Según fuentes oficiales, es considerado un buque de investigación de vanguardia y campo de enseñanza en la larga circunnavegación del mundo, con instrumentos avanzados para recopilar datos durante el viaje.
Estudia el cambio climático, biodiversidad, pesca, contaminación y acidificación de los océanos, con el objetivo de brindar nuevas informaciones sobre el estado de esas masas de agua salada y cómo los humanos interactúan para poder protegerlas.
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