En su mensaje al evento organizado desde esta capital con el tema «Desafíos globales del siglo XXI: dimensión interpartidaria», el mandatario advirtió que Cuba no es el país más afectado por la crisis que afecta al planeta, gracias a un sistema de justicia social que pone al ser humano en el centro de sus políticas.
“Pero si somos, sin dudas, los más castigados”, aseguró el también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en referencia a la hostilidad de la política de Washington contra su país.
“Ninguna nación en desarrollo carga, como nosotros, con las condiciones que impone un bloqueo económico de más de 60 años, reforzado y recrudecido con 243 medidas aplicadas por la administración de Donald Trump y mantenidas por el actual gobierno de Estados Unidos”, dijo.
El jefe de Estado cubano subrayó que los efectos negativos de estas medidas resultan más evidentes y demoledores en el contexto de la pandemia de la Covid-19.
Señaló que el bloqueo constituye la más clara y masiva violación de los derechos humanos de todo un pueblo y el principal obstáculo para el desarrollo económico y social de Cuba y, por ende, para la implementación plena de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Manifestó que en 63 años de Revolución, la isla muestra logros indiscutibles como sistemas de salud y educación de acceso público y universal, con una cobertura médica del 100 por ciento de su población y una tasa de alfabetización del 99 por ciento.
En tal sentido, resaltó el desarrollo de su comunidad científica y su industria biotecnológica y farmacéutica, reconocidas a nivel internacional, además de la existencia de un sistema de trabajo y seguridad social que ampara a todos los ciudadanos del país, en especial a los más vulnerables.
Nada de eso parece meritorio para el adversario histórico de la nación cubana que insiste en castigarla por el ejemplo de soberanía e independencia, enfatizó el presidente de la nación caribeña.
Díaz-Canel calificó de inaceptable que la Casa Blanca ignore, por 29 años, el llamado de la comunidad internacional en la Asamblea General de las Naciones Unidas a poner fin al bloqueo contra Cuba y persista, de manera infructuosa, en la aplicación de esa política, la cual consideró criminal y genocida.
Explicó que al no lograr sus propósitos mediante esa política, “en los últimos meses enfrentamos una nueva operación concertada desde Washington, dirigida a desestabilizar el orden interno y la paz en la nación y a generar la imagen de un Estado fallido”.
Indicó que en medio de ese complejo escenario, el país enfrentó un nuevo rebrote de la Covid-19, manteniendo una tasa de infestados y fallecidos por debajo de la media en Las Américas y en el Mundo.
El presidente cubano significó que en estos momentos Cuba es el primer país de Latinoamérica y del llamado Tercer Mundo con tres vacunas y dos candidatos vacunales en desarrollo, y el primero a nivel internacional en iniciar la vacunación de su población infantil de 2 a 18 años.
Informó que más del 80 por ciento de los cubanos ya tiene el esquema completo de inmunización y para finales de este año este proceso habrá abarcado a toda la nación.
Dijo que Cuba no renunciará a sus planes de desarrollo, ni a los principios de solidaridad internacional, como lo demostraron las 57 brigadas médicas que combatieron la Covid-19 en 40 países y territorios del mundo, por lo que mantiene su disposición de cooperar con vacunas y protocolos médicos con “todos los necesitados del planeta”.
Destacó que el pasado 15 de noviembre la isla caribeña celebró la reapertura de las fronteras, el retorno del turismo internacional y el reinicio del curso escolar, con la mayoría de sus niños protegidos con el esquema de vacunación completo, todo con vacunas nacionales.
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