La publicación hizo una aproximación al tema que está en mano del alto foro judicial y enfrenta presiones de sectores conservadores republicanos para que sea abolido.
Las leyes vigentes en 20 estados prohíben el aborto o imponen importantes restricciones a las mujeres o a los proveedores de esos servicios.
Esas normativas están en suspenso, bloqueadas por los tribunales o superadas por la decisión del alto tribunal de 1973 en el caso Roe contra Wade, que protegió el derecho de la mujer a interrumpir la gestación sin restricciones excesivas, señaló The Hill.
Ahora, el alto tribunal estudia los argumentos de otro caso, Dobbs contra Jackson, que da a la mayoría conservadora su oportunidad más importante en décadas para echar abajo el precedente de Roe.
En los argumentos orales del miércoles, precisó el diario, los seis conservadores parecían dispuestos a permitir que se mantuviera una ley de Mississippi que prohíbe los abortos después de las 15 semanas, socavando los principios fundamentales del veredicto de Roe.
Señaló que el escenario en el que los jueces anularían Roe es uno para el que los conservadores se prepararon durante décadas, sentando una base de leyes que, o bien pretendían llevar un desafío al alto tribunal, o bien entraban en vigor una vez que las normativas sobre el aborto cambiaban.
En la actualidad 12 estados aprobaron leyes que prohibirían todos o casi todos los abortos, redactadas de forma que podrían entrar en vigor después de que el Tribunal Supremo anule Roe, según el Instituto Guttmacher, una institución de investigación a favor de ese derecho.
En conjunto, los 65 millones de mujeres que viven en estados donde las restricciones entrarían en vigor en un mundo post-Roe representan casi el 40 por ciento de los 165 millones de mujeres que viven en Estados Unidos, y que por lo general son las que más votan en las elecciones del país.
Informó The Hill que de los 17 estados que estarían en posición de prohibir o restringir severamente las interrupciones del embarazo tras una decisión que anule Roe, todos menos dos, Michigan y Wisconsin, tienen fiscales generales republicanos que señalaron aplicarían las prohibiciones.
Por lo pronto, el tema del aborto retoma ahora un importante escalón en las disputas políticas en el país y pudiera afectar los planes republicanos de retomar la Casa Blanca y el control del Congreso.
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