Importantes figuras de la academia, la cultura, el pensamiento y la ciencia confluyeron en el encuentro de las letras iberoamericanas, que ofreció una oportunidad de conectar con las tradiciones orales de los pueblos americanos, así como sus lenguas originarias.
De igual forma, alternó entre espacios virtuales y presenciales para acercar al público a la literatura contemporánea de Perú, país invitado de honor y cuyo programa de acciones incluyó espectáculos, exposiciones de artes visuales, muestra fílmica, puestas en escena, conversatorios e intercambios académicos.
Bajo el lema Perú: historias que nos conectan, el espacio destinado a este territorio examinó los puntos de contacto entre ambos países, los cuales “comparten una riquísima tradición literaria con exponentes como sor Juana Inés de la Cruz y el inca Garcilaso de la Vega”, apunta la página web del evento.
La agenda de actividades de la nación inca contó la presentación del proyecto del colectivo feminista Comando Plath, conocido como Mapa de Escritoras Peruanas, que documenta más de 200 autoras y pretende visibilizar la representación femenina en las letras contemporáneas.
La edición número 35 FIL Guadalajara apostó por la arena presencial tras la pausa impuesta por la Covid-19, sin abandonar los protocolos sanitarios como una cápsula con una regadera de desinfectante a las puertas del predio, la reducción de la capacidad de visitantes y uso de mascarillas.
Entre los momentos significativos de la cita estuvo la entrega del premio FIL de Literatura a la escritora chilena Diamela Eltit, el homenaje a la autora española recién fallecida Almudena Grandes, el Festival de las Letras Europeas, el espacio dedicado a las lenguas romances y el acostumbrado salón de poesía.
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