Las participantes cuestionaron los derechos plasmados en el nuevo mandato, pues aseguran que no se reflejan todos sus problemas.
Sabira Akbari, activista por los derechos de las mujeres, afirmó que muchas son el sostén de la familia y el gobierno carece de un programa para ellas; además el destino de las estudiantes sigue siendo impreciso.
Las mujeres afganas también pidieron a los talibanes incluir la participación femenina en los asuntos políticos, sociales y económicos como un derecho.
Entre las ordenanzas del nuevo decreto se plantea que una mujer no es una propiedad, sino un ser humano noble y libre; nadie puede dársela a nadie a cambio de un acuerdo de paz o para poner fin a la animosidad.
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