En un informe enviado al comité parlamentario de Asuntos Exteriores, Raphael Marshall, quien estuvo destacado en Kabul durante la operación, menos del cinco por ciento de los afganos y familiares que solicitaron abandonar el país antes de que la milicia islamista tomara el poder en agosto pasado recibieron ayuda de parte de Londres.
Está claro que muchos de los que quedaron atrás fueron asesinados por el Talibán, aseveró el exdiplomático, quien renunció a su puesto en la cancillería en septiembre pasado.
De acuerdo con Marshall, el entonces canciller británico Dominic Raab, muy criticado por su manejo de la crisis, nunca entendió la gravedad de la situación, ya que ningún miembro del equipo enviado a Kabul para la evacuación había trabajado antes en Afganistán o tenía un conocimiento detallado del país.
Al personal le aterrorizaba tener que tomar cientos de decisiones de vida o muerte sobre las cuales no sabían nada, señaló.
Aseguró además que a pesar de la gravedad de la situación, no se establecieron turnos nocturnos y el equipo de la cancillería tenía instrucciones de trabajar solo ocho horas diarias los cinco días a la semana.
La tarde del sábado 21 de agosto, cuando la crisis estaba en su apogeo, yo era la única persona que estaba monitoreando y procesando los correos electrónicos en la recepción de los casos especiales afganos, aseveró.
Según Marshall además de la falta de conocimiento, hubo escasez de computadoras para trabajar y mala coordinación entre la cancillería y el ministerio de Defensa británicos.
También mencionó el malestar que causó una instrucción enviada por el primer ministro Boris Johnson de apoyar la evacuación de los animales rescatados por un exsoldado de la Marina británica que dirigía una organización gubernamental en Kabul.
Hubo que escoger entre transportar a los animales y evacuar a los ciudadanos británicos y afganos, incluidos algunos que sirvieron junto a nuestros soldados, sentenció.
Interrogado sobre los reclamos de Marshall, el excanciller Raab declaró a la cadena Sky News que el gobierno hizo todo lo que pudo para sacar a los afganos que colaboraron con las tropas británicas durante los años que duró la ocupación del país centroasiático por parte de la coalición liderada por Estados Unidos.
Al final de la evacuación, que terminó con escenas caóticas en el aeropuerto de Kabul y un par de atentados terroristas que dejaron decenas de muertos y heridos, el Reino Unido dijo que logró extraer a unas 15 mil personas.
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