“No fueron los estadounidenses quienes nos derrumbaron, aunque contribuyeron a ello”, expresó el político de 92 años a la agencia de noticias RIA Novosti, a propósito del aniversario 30 de la firma del Tratado de Belavezha, que puso fin a la existencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
El entonces dirigente comunista comentó que el país necesitaba hacer reformas, pero “había que trabajar tranquilamente, sistemáticamente, como China se está desarrollando hoy en día”.
En su opinión, Washington “siempre buscó eliminar a un competidor como la URSS”, pero aclaró que esta no fue la razón principal del colapso soviético. “No creo que nos hubiéramos hundido solo por factores externos”, señaló.
Para Ryzhkov, los problemas acumulados en el país, tanto en el ámbito económico como en el político, fueron evidentes ya en los inicios del periodo de la Perestroika (cambios emprendidos en el país a partir de abril de 1985).
“Había que reformar ante todo la economía, no estar parados ante el progreso científico-técnico, sino cambiar las relaciones entre las empresas y los trabajadores”, declaró a la agencia de prensa rusa.
Llamó la atención además sobre la necesidad de una renovación en el Partido Comunista, porque, según dijo, su mando se había desvinculado del pueblo.
Miembro desde 2003 del Consejo de la Federación de Rusia (Cámara Alta del Parlamento), Ryzhkov fue la última persona en ocupar el cargo de presidente del Gobierno de la Unión Soviética (entre septiembre de 1985 y enero de 1991), recordó RIA Novosti.
A principios del último año de existencia de la URSS, el presidente Mijaíl Gorbachov suprimió ese cargo e instituyó el de primer ministro, subordinado de manera directa a él como jefe de Estado y no al Sóviet Supremo.
Firmados el 8 de diciembre de 1991 por los presidentes de la Repúblicas Socialistas Soviéticas de Rusia, Ucrania y Bielorrusia (Borís Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkévich, respectivamente), los acuerdos de Belavezha declararon la disolución de la URSS y el establecimiento de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
El Tratado fue aprobado a pesar de que en el mes de marzo de 1991 la población del país votó por el sí (78 por ciento) a la conservación del Estado soviético.
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