Un tal Joan Manuel Serrat, el más universal de los catalanes o el más español de ellos, como sea, superó las expectativas y en horas se vendieron 50 mil entradas hasta agotar para los conciertos de Bilbao, Valencia, San Sebastián, Madrid y Barcelona.
Autor de más de 500 canciones, entre ellas Cantares dedicada a Antonio Machado, y con parte de sus poemas, el artista oriundo de Barcelona anunció hace poco su adiós a los escenarios, con una gira mundial que arrancará en Nueva York con el sugestivo nombre de El vicio de cantar 1965-2022.
Las respuestas a la noticia no han podido ser más elocuentes.
El pasado día 7, el Gobierno de España le concedió la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, por su «brillante carrera y contribución a las artes».
Sin mediar publicidad o promoción especial, la venta de entradas a los recitales del próximo año rebasó los vaticinios.
Y Serrat, que guarda un respeto enorme por el público, adelantó que habrá una segunda fecha para cada una de sus actuaciones en España, junto con añadir a Sevilla en el periplo.
Con sus 40 discos, un Grammy Latino como Personal del año en 2014, gusta de cautivar a sus seguidores con elegantes diálogos llenos de poesía, compromiso y proyección social.
La mejor prueba, su apego y devoción por Machado, Miguel Hernández, Mario Benedetti, Pablo Neruda, Federico García Lorca (…), o sus versiones de clásicos de los chilenos Violeta Parra y Víctor Jara.
Penélope, Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero, Palabras de amor, De vez en cuando la vida, Para la libertad, Hoy puede ser un gran día, Esos locos bajitos, Antes de que den las diez, Lucía y, por supuesto, Mediterráneo.
Su esperada gira comenzará en abril de 2022 en el Beacon Theatre de Nueva York, seguirá en Latinoamérica y finalmente se afincará en España en el verano, con su primer concierto el 8 de junio en Murcia.
Terminará en su natal Barcelona en el Palau Sant Jordi, 22 y 23 diciembre, como para que nadie olvide que un día antes de la Navidad de 2022, Serrat nos dirá adiós, con ese extraordinario vicio de cantar que nos ha regalado por más de cinco décadas.
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