El pasado martes el Gobierno anunció el fin de las subvenciones, vigentes desde 2005 cuando el país se integró al proyecto Petrocaribe impulsado por el expresidente Hugo Chávez para permitir el acceso al rubro a los países de la región.
Con la disposición que se hizo efectiva la víspera, el precio de la gasolina aumentó un 24 por ciento, mientras el alza en el diésel y el keroseno fue del 108 y 115 por ciento, respectivamente.
El Gobierno justificó la medida argumentando que las subvenciones repercuten en el desarrollo económico del país, pues el Estado tuvo que destinar 150 mil millones de gourdes (unos mil 500 millones de dólares) de 2010 a 2020 en el subsidio.
El pasado año el importe alcanzó los 30 mil millones de gourdes (cerca de 300 millones de dólares), lo que representa un tercio de los ingresos recaudados.
“Nunca hemos podido ejecutar el presupuesto de inversión, el crecimiento previsto y buscado se ha quedado en el papel. Por lo tanto, es difícil reducir la pobreza y la desigualdad en el país”, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Patrick Boisvert.
No obstante, políticos y sindicalistas rechazaron la medida, e indicaron que será una carga pesada para las personas de bajos recursos, porque el aumento de los precios de los hidrocarburos disparará los costos de la canasta básica.
El expresidente del Senado Youri Latortue alentó al Gobierno a implementar otras medidas como el fin de las exenciones fiscales de las organizaciones no gubernamentales.
La víspera decenas de manifestantes protestaron en esta capital contra el alza, bloquearon varias carreteras y erigieron barricadas de neumáticos, para exigir la marcha atrás al aumento.
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