Publicada en Nature Food, la investigación de los expertos británicos estima que el deterioro alcanza niveles superiores algunas regiones del planeta, entre ellas, el sudeste asiático, América Latina y los territorios del Sahara en África.
“El potasio es fundamental para mantener el rendimiento de los cultivos que mantienen alimentado al mundo, y su agotamiento representa una amenaza significativa para la seguridad alimentaria de millones de personas”, apuntó el profesor Mark Maslin, del University College de Londres.
Otro coautor de la pesquisa, el doctor Peter Alexander, de la Universidad de Edimburgo, consideró que el tema gana relevancia internacional debido a la volatilidad de los precios y el encarecimiento de los suministros de fertilizantes, en detrimento de los más vulnerables.
Según la fuente, la producción está altamente concentrada, pues apenas 12 países dominan el mercado mundial de casi 14 mil millones de euros anuales en fertilizantes de potasio, mientras apenas cuatro Estados representan casi el 80 por ciento de la producción en bruto del mineral.
En abril de 2022, el precio de la potasa subió un 500 por ciento frente al año precedente, al combinarse el incremento de la demanda, el alza en los precios del combustible, la recuperación de la pandemia de la Covid-19 y las interrupciones en los suministros debido al conflicto ruso-ucraniano, evalúa la publicación.
Desde el aumento inicial de los precios, el costo de la potasa ha caído aproximadamente un 50 por ciento, pero sigue siendo elevado, lo que genera preocupación, alerta el texto.
A juicio de los investigadores, la concentración y la vulnerabilidad del mercado precisan el establecimiento de políticas o regulaciones nacionales e internacionales que rijan el manejo sostenible del potasio, a semejanza de los sistemas que se están estableciendo para otros nutrientes vitales de los cultivos como el nitrógeno y el fósforo.
En 2021, el consumo mundial de potasa alcanzó los 45 millones de toneladas, y es de esperar que la producción global llegue a cerca de 69 millones de toneladas en 2025, con la puesta en marcha de nuevos proyectos en Belarús, Canadá, Rusia, Australia, Eritrea y Reino Unido.
No obstante, la minería de potasa genera millones de toneladas de desechos, compuestos principalmente de sales de cloruro de sodio, que pueden salinizar el suelo y las capas freáticas, dañando plantas y animales, sopesa la pesquisa.
oda/mjm