El polémico personaje deberá ceñirse a restricciones de movimiento y otros requisitos para mantenerse en libertad y, de incumplirlos, deberá volver a prisión.
Oviedo fue apresado en diciembre de 2018, tras ser señalado como autor intelectual del asesinato de Manuel Rimarachín y Percy Farro, sindicalistas de la empresa azucarera Tumán que lo denunciaban por malos manejos de fondos, como gerente de la compañía.
Tras su detención, un juez ordenó que el entonces dirigente de la Federación Peruana de Fútbol permanezca en prisión preventiva durante 18 meses, mientras sea investigado.
Oviedo fue internado entonces en el presidio de la norteña ciudad de Chiclayo, en cuyas cercanía se ubica la empresa Tumán, manejada por una organización criminal encabezada por el entonces gerente, según el fiscal que lo acusó, Juan Carrasco, actual ministro de Defensa.
El exdirigente deportivo es señalado además como integrante de una red de corrupción que encabezaba el hoy prófugo y entonces juez de la Corte Suprema, César Hinostroza, quien esta sometido en España a un proceso de extradición solicitada por la justicia peruana.
Uno de los fundamentos de la extradición se refiere a que Hinostroza favoreció judicialmente a Oviedo a cambio de favores de este.
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