El recién investido canciller federal Olaf Scholz arremetió contra los que denominó «desbocados extremistas» y aseguró que no permitirá que impongan su voluntad sobre toda la sociedad.
Durante su primera declaración ante el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento), Scholz negó que la sociedad esté dividida y afirmó que la mayoría de ciudadanos se comportan de manera «solidaria, sensata y cautelosa».
No obstante existe «el negacionismo, las teorías absurdas de la conspiración, la desinformación intencionada y un absolutismo violento», aseguró el jefe de gobierno quien calificó a esas personas como parte de «una minoría extremista».
Ellos se alejaron no sólo de la ciencia, la racionalidad y la sensatez, sino también de la sociedad, la democracia, la colectividad y el Estado, señaló Scholz, quien aseguró que su gobierno respeta las objeciones serias y está abierto al debate y a las críticas.
Ante ese fenómeno el canciller federal llamó a la población a reducir los contactos al tiempo que aseguró que el Ejecutivo que encabeza no descansará ni un momento y recurrirá a todos los instrumentos hasta que la sociedad pueda recuperar su vida anterior y todas sus libertades.
Por su parte el presidente de la Asociación Alemana de Médicos, Klaus Reinhardt, expresó su desconcierto ante la “previsible escasez” de dosis de la vacuna contra el coronavirus para la campaña de refuerzo anunciada para del próximo año.
Cuando escuchas eso, te quedas desconcertado, dijo hoy Reinhardt en la radio pública Deutschlandfunk, y añadió que es totalmente inconcebible que “la logística no funcione en un país como este”.
Sus declaraciones suceden a informaciones reveladas en martes por el ministro de Salud, Karl Lauterbach, quien anunció que un reciente inventario demostró que la existencia de fármacos antiCovid-19 solo cubrirá hasta el primer trimestre de 2022.
Según Reinhardt los intervalos de vacunación se acortaron en varias ocasiones lo que demandó más dosis inmunizantes en menos tiempo.
En ese escenario el gobierno germano se sumó a otros países europeos que comenzaron hoy la inmunización en niños de entre cinco y 11 años, en lo que esos gobiernos calificaron de “esfuerzo por capear el resurgimiento de la pandemia y mantener las escuelas abiertas ante la expansión de la variante Ómicron”.
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