La medida fue aprobada por el Senado la tarde del martes por una votación de 50-49 que se ajustó estrictamente a las líneas partidistas después de que demócratas y republicanos llegaran a un acuerdo para impedir el filibusterismo, una maniobra para retrasar o bloquear una ley o acto legislativo con un discurso de larga duración.
Por su parte, la Cámara de Representantes también pasó la propuesta el mismo día en una votación de 221-209, entre ellos, el sufragio de un republicano, lo que permitió enviar el proyecto de inmediato al escritorio de Biden.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advirtió previamente al Congreso sobre las graves consecuencias de entrar en una moratoria después del miércoles.
El líder de la mayoría del Senado, el demócrata Charles Schumer, y el de la minoría, el republicano Mitch McConnell, llegaron a un acuerdo la semana pasada para permitir una exención única del filibusterismo con el objetivo de lograr el aumento del techo de la deuda con una mayoría simple de votos.
Los republicanos exigieron en repetidas ocasiones que los demócratas elevaran el techo de la deuda por su cuenta utilizando la reconciliación presupuestaria, el mismo proceso a través del cual pretenden sacar a flote el proyecto de ley de Biden sobre gasto social y clima.
Pero la mansión ejecutiva instó a una acción bipartidista para subir el tope porque, según dijeron, varias veces los demócratas votaron con los republicanos para elevar el límite de la deuda durante la administración de Donald Trump (2017-enero 2021).
Esto es una buena noticia para Biden, quien ahora tiene un asunto legislativo menos que tratar antes de las vacaciones de Navidad, pues espera que la Cámara Alta pueda avanzar en su programa doméstico clave.
Sin embargo, la continua oposición del senador Joe Manchin (demócrata de Virginia Occidental) plantean dudas de se logre debatir y aporbar el plan de gasto spcial y climático antes del 25 de diciembre.
El techo de la deuda es la cantidad a partir de la cual el país ya no puede emitir nuevos préstamos para financiarse, lo que le impide satisfacer sus pagos.
A menos que el Congreso, única autoridad capacitada para hacerlo, aumente o suspenda el límite, la nación se vería imposibilitada de cumplir con sus obligaciones financieras y sería el caos, a juicios de analistas.
La deuda de Estados Unidos alcanzó casi los 29 billones de dólares a principios de diciembre, según el Departamento del Tesoro.
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