La expansión de Ómicron será un reto enorme para nuestros hospitales y unidades de cuidados intensivos pero también para la sociedad en su conjunto», advirtió el ministro de Salud, Karl Lauterbach.
Tenemos que prepararnos para un reto que no hemos afrontado antes en esta forma, insistió Lauterbach y mencionó como ejemplo a Reino Unido, donde, según expertos con los que conversó, la situación supera todo lo visto hasta ahora en la pandemia.
El ministro aclaró que si bien el número de muertes puede ser bajo durante dos o tres semanas, el crecimiento exponencial de las cifras de contagios “anulará esa ventaja”.
Estamos en un momento clave de la pandemia», recalcó Lauterbach quien instó a los ciudadanos a recibir la vacuna de refuerzo, sobre todo ahora que se acercan las festividades por fin de año.
Opinó que todos deberían someterse a una prueba PCR o test de antígeno antes de reunirse y subrayó la necesidad de mantener las medidas sanitarias.
En ese contexto el Instituto Robert Koch (RKI), encargado del control de enfermedades infecciosas aquí, alertó que los niños en Alemania son inmunizados muchas veces “muy tarde o con fármacos que no son las vacunas estándar recomendadas”.
A causa de ello con ningún inmunizante se lograron hasta hoy las tasas anheladas, señala un informe de esa entidad que incluye todos los medicamentos que integran el cuadro de inmunización en este país.
Los esquemas de vacunación que protegen contra varias enfermedades quedan incompletos y algunos niños ni siquiera reciben una dosis, destacó el RKI.
Inmunizantes contra la difteria, el tétanos, la tos ferina, la polio y la hepatitis B, presentan «tasas de inyección moderadas» en edades tempranas, añade el informe.
En el caso del sarampión, una enfermedad altamente contagiosa, muchas veces se vacuna demasiado tarde, agregó el RKI.
El análisis se basa en datos incluidos en los documentos de ingreso a las escuelas entre 2008 y 2019 y de las asociaciones de médicos que trabajan para la seguridad social.
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