Los comicios locales fueron convocados para escoger el reemplazo del diputado conservador Owen Paterson, quien renunció a su asiento en el Parlamento británico tras revelarse que usaba ese puesto para cabildear a favor de compañías que le pagaban por sus servicios.
El caso Paterson salpicó directamente a Johnson porque el gobernante trató en un inicio evitar la investigación parlamentaria de rigor, pero la respuesta airada del resto de los legisladores, entre ellos varios de sus correligionarios, lo obligó a dar marcha atrás.
Otros destapes posteriores sobre diputados que cobran salarios por labores extras, en algunos casos sin declararlo, y las revelaciones de que el personal de Downing Street celebró fiestas navideñas en plena cuarentena el año pasado también erosionaron la popularidad del gobernante, quien cayó por detrás del líder laborista Keir Starmer en las encuestas.
La tapa al pomo la puso la rebelión de 98 legisladores conservadores que votaron esta semana contra la decisión del gobierno de exigir certificados de vacunación a la entrada de clubes nocturnos y espectáculos masivos, como parte de las medidas para tratar de frenar la propagación de la variante Ómicron.
La resolución venció finalmente el escrutinio parlamentario, pero gracias en gran parte al apoyo del Partido Laborista, lo que aprovechó Starmer para cuestionar públicamente el liderazgo de Johnson.
Tras la derrota de este jueves en North Shropshire se especula que algunos correligionarios del primer ministro en el Parlamento podrían promover una moción de desconfianza, que de prosperar, lo obligaría a renunciar a la jefatura del partido y de la nación.
La llegada de la variante Ómicron del coronavirus Sars-CoV-2 tampoco ha dado tregua a Johnson, quien se vio obligado a restablecer varias restricciones sociales para tratar de impedir que la nueva ola de la pandemia abrume el Servicio Nacional de Salud, ya de por sí bastante agotado.
Entre las medidas están el uso obligatorio de la mascarilla en el transporte público, bancos, tiendas y otros espacios cerrados, el teletrabajo y los no tan populares pasaportes de vacunación.
El gobierno también apostó por adelantar la aplicación de la dosis de refuerzo a todos los adultos ya totalmente vacunados, tras conocerse que Ómicron, además de más transmisible que cualquier otra variante, podría eludir la protección que ofrecen las dos inyecciones recomendadas hasta el momento.
Pese a ello, los casos positivos a la Covid-19 se dispararon en los últimos tres días hasta superar la víspera los 93 mil contagios, la cifra más alta de toda la pandemia, por lo que no se descarta que las autoridades se vean obligadas a imponer un nuevo confinamiento a principios de años.
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