Advirtieron que desde ese mes ocho millones recibirán una ración de alimentos reducida, mientras que cinco millones en riesgo inmediato de caer en condiciones de hambruna seguirán con una cuota completa.
En un comunciado, el PMA significó que más de la mitad de la población yemenita padece hambre aguda, una situación que precisa mil 970 millones de dólares para brindarle ayuda vital a quienes están al borde de la hambruna en 2022.
Durante los últimos tres meses, el consumo insuficiente de alimentos afectó de forma creciente a la mitad de las familias en Yemen, al tiempo que los precios de la comida se duplicaron y empujaron a más personas a depender de la asistencia humanitaria.
Las reducciones se producirán mientras que la devaluación de la moneda y la hiperinflación pusieron a la economía yemenita al borde del colapso, en tanto los emfrentamientos en múltiples frentes obliga a las familias a huir.
La directora regional del PMA para Medio Oriente y África del Norte, Corinne Fleischer, dijo que cada vez que reducen la cantidad de comida son más los afectados por el hambre y la inseguridad alimentaria, quienes se unirán a las filas de los millones que mueren por esos flagelos.
Adicionalmente tendría que reducir los tratamientos de desnutrición y la alimentación escolar de los niños que representan más de la mitad de la población, y para la mitad de los niños menores de cinco años que están en riesgo de desnutrición, en un país con 16,2 millones de personas.
«El pueblo yemenita es ahora más vulnerable que nunca, se tambalea a causa de un conflicto implacable y una crisis económica cada vez más profunda que lleva a millones a la indigencia”, recalcó Fleischer.
Las existencias de alimentos del PMA en Yemen se agotan peligrosamente en un momento en el que los presupuestos para las crisis humanitarias en todo el mundo están al límite, por lo que es urgente el aporte de los donantes para evitar una catástrofe inminente, enfatizó.
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