El Mayor, como también se le conoce, fue fundador de la Junta Revolucionaria que organizó las actividades conspirativas en la región de Camagüey (centro-este) y uno de los principales líderes de la guerra de independencia cubana iniciada en 1868.
Frente a las corrientes anexionistas y reformistas que acechaban a la voluntad emancipadora de los cubanos apuntó: ‘Que nuestro grito sea siempre independencia o muerte, y que cualquier otro sea mirado en lo adelante como un lema de traición’.
Agramonte fue además uno de los principales protagonistas de la Asamblea de Guáimaro, en la cual se aprobó en 1869 la Primera Constitución de la República de Cuba en Armas.
Al caer en combate con 31 años en Jimaguayú, 32 kilómetros al suroeste de la ciudad de Camagüey, había dirigido más de 100 acciones militares entre las que destaca el rescate del General de Brigada Julio Sanguily, apresado por tropas españolas.
‘No creo que en el discurso historiográfico cubano exista otra personalidad más paradigmática -en tanto conjunción de rasgos positivos- que la del Bayardo camagüeyano’, escribió la premio nacional de Historia Elda Cento.
En la actualidad la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey continúa un proyecto de estudios científicos para definir dónde reposan los restos del patriota, de cuyo cuerpo aún no se tienen registros exactos de su paradero.
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