La postura de esas instancias quedó refrendada en un pronunciamiento emitido por la Alianza por los Derechos Humanos y difundido en redes sociales.
El ente afirmó que el mandatario de la república se pronunció públicamente de forma amenazadora, estigmatizante y violenta contra Iza, quien preside la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).
Al respecto, la Alianza rechazó que Guillermo Lasso busque intimidar a quienes alzan la voz por los derechos humanos, colectivos y de la naturaleza, mediante la protesta y la resistencia, con amenazas de encarcelamiento.
Igualmente, exigió que el Estado ecuatoriano cumpla con sus obligaciones nacionales e internacionales y asegure un entorno propicio para el desempeño de las labores de los defensores de esos derechos.
«Demandamos que se garanticen los derechos constitucionales que son fundamentales en una sociedad democrática», enfatizaron y mencionaron algunos como la libertad de conciencia y pensamiento, de expresión, reunión, asociación, a la protesta social y a resistir.
Además, los adheridos al pronunciamiento pidieron al gobierno nacional abstenerse de instrumentalizar la justicia y utilizar la fuerza pública para ir en contra de las normas.
«Exigimos el respeto a la democracia que en definitiva significa respetar el disenso y su expresión pública, ya sea en los tribunales como en las calles», alertaron.
Finalmente, señalaron que, como Alianza por los Derechos Humanos y organizaciones suscriptoras, mantendrán sus reclamos al Estado.
Lo expuesto respondió a declaraciones de Lasso en el espacio semanal «Encontrémonos por la Ciudadanía», en las cuales tildó a Leonidas Iza de anarquista y afirmó que «odia a la democracia, odia la institucionalidad de Ecuador, es eficiente en incendiar edificios públicos, es eficiente en promover el secuestro de periodistas y policías».
Según insistió, el líder indígena quiere crear un ambiente de anarquía por fuera de la institucionalidad del país y la democracia y advirtió que lo enfrentarán con todo el poder del estado, de la fuerza pública y amenazó con encarcelarlo, lo cual fue considerado por muchos como un discurso despectivo, intimidatorio y violento.
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