Allí se desarrollan anualmente competiciones de dicha disciplina a nivel local e internacional, y una de sus características notables es la gran roca que se adentra en el mar, conocida en inglés como Bathsheba Rock.
El país goza de muy buen clima casi siempre, pero especialmente de diciembre a junio los surfistas y hasta los aspirantes a serlo aprovechan para cabalgar las espumosas olas.
Este es un deporte muy popular en la isla y los sitios de Betsabé están catalogados entre los mejores del mundo para practicarlo.
Según expertos, las olas de 15 pies pueden presumir de curvas envidiables que permiten realizar muchas maniobras sofisticadas como las conocidas Alley-oops, Bottom Turn, Cutbacks y Foam Climbs.
Famosos surfistas planean sus vacaciones para llegar al denominado Soup Bowl en la temporada invernal, cuando las olas alcanzan el punto más alto, y con su presencia atraen gran concurrencia de público y se realizan fiestas en la playa.
Quienes no se animen a surfear o bucear pueden relajarse con el ambiente adornado de cocoteros, la degustación de cocteles tropicales y el sonido del mar.
Hay opciones para todos. En el norte barbadense y el lado atlántico las playas son más recomendadas para disfrutar de las vistas, con fuertes corrientes y costas rocosas; al oeste y suroeste las aguas son tranquilas y de arena suave, ideales para nadar y tomar el sol en familia y vivir así unas placenteras jornadas de descanso.
(Tomado de Orbe)