De acuerdo con un informe del Ministerio de Seguridad(Minseg), la Operación Fisher, el pasado 1 de diciembre, que desarticuló una de las células asociadas al Clan de Golfo, de Colombia, significó un duro golpe para la banda dedicada a traficar sustancias ilícitas desde el país vecino hacia las provincias panameñas Colón y Bocas del Toro, y de ahí a Estados Unidos.
Estadísticas de esa cartera, a las que tuvo acceso Prensa Latina, revelan además en estos 12 meses se han decomisado 126 toneladas de drogas, cifra que supera las 78 toneladas incautadas el pasado año y las 87 en 2019.
Según esa fuente, la mayor parte de los estupefacientes se encontraron en embarcaciones procedentes de Colombia y en contenedores con destino también a Europa y Estados Unidos.
Octubre fue el mes con mayor cantidad de decomisos: 12 toneladas. Y, según el informe, la cocaína lidera esa cifra: 96,2 toneladas.
Otras fuentes del Minseg precisaron que se trabaja además para neutralizar pandillas locales que prestan sus servicios a las redes del narcotráfico, con Panamá como plataforma de tránsito hacia los puertos de los océanos Atlántico y el Pacífico.
Para el titular de Seguridad, Juan Pino, los números alcanzados revelan el esfuerzo de las autoridades para atacar y erradicar este flagelo, que a su vez tiene un efecto directo en el auge de los homicidios (casi 500 hasta noviembre último).
A la vez, reiteró que la aprobación de un proyecto para crear la legislación de extinción de dominio en Panamá, el cual está en la Asamblea Nacional(parlamento) desde abril de 2021, se convertirá en herramienta eficaz para atacar al crimen organizado.
Sin embargo, varios investigadores señalan que el mayor desafío se centra hoy en la migración irregular.
La propia cartera que lidera Pino confirmó que este 2021 más de 130 mil migrantes en tránsito hacia Estados Unidos atravesaron la peligrosa selva de Darién, fronteriza con Colombia, en su mayoría familias haitianas, muchas procedentes de Chile y Brasil.
El país, dijo el funcionario, se prepara con mejoras en la infraestructura, ante una nueva ola migratoria debido a la crisis generada por la pandemia de Covid-19.
La migración no va a terminar, aseveró Pino, que cree que la crisis económica que golpea a muchos países impulsará la movilización de miles de personas que buscan nuevas oportunidades, o lo que analistas señalan como el sueño prometido de la nación norteña, tráfico alentado desde Washington.
Datos oficiales confirman que entre 2010 y 2019 cruzaron por el Darién 109 mil 293 personas.
Hasta la fecha había solo 535 migrantes en tránsito en Panamá distribuidos en las estaciones de Darién (frontera con Colombia) y la provincia de Chiriquí (Costa Rica), pero hace cuatro meses eran cinco mil, indicó Pino.
En los primeros nueve meses de este año, los menores de edad significaban el 20 por ciento de la migración irregular, cuando en 2017 era apenas el dos por ciento, lo que también suscitó alertas del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
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