Estos poseen una propiedad ampliamente neutralizante, elemento que permitiría elaborar nuevas vacunas, subraya un comunicado emitido por un miembro del equipo perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos.
Asimismo, servirían para tratamientos que sean efectivos no solo contra Ómicron, sino también contra otras cepas del coronavirus que puedan aparecer en el futuro.
Los científicos detectaron 37 mutaciones en la proteína de pico de Ómicron, que utiliza para apoderarse de las células.
Es un número alto, y quizás sea uno de los factores de su rápida propagación y capacidad de infectar a personas vacunadas o que ya hayan pasado la enfermedad, argumentó la fuente.
Fueron identificados en total de «cuatro clases de anticuerpos capaces de preservar su capacidad para neutralizar la ómicron y dirigirse a una de las cuatro áreas específicas de la proteína de pico presente no solo en las variantes del SARS-CoV-2, sino también en un grupo de coronavirus relacionados, llamados sarbecovirus».
«Esas áreas son denominadas conservadas y pueden persistir al desempeñar una función esencial que la proteína perdería si mutaran», puntualiza el comunicado.
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