Según la IATA, entre los factores que contribuyen a los riesgos muy bajos de contaminación están las características de diseño de la aeronave: dirección del flujo de aire, tasa de intercambio de aire y filtración.
También aportan a evitar el contagio la orientación hacia adelante de los pasajeros mientras están sentados, enmascaramiento bien reforzado y medidas sanitarias mejoradas.
La IATA dijo que la calidad del aire suministrado a bordo de un avión es mucho mejor que la mayoría de los entornos interiores, y agregó que la cabina sigue siendo un espacio de muy bajo riesgo para contraer la Covid-19, a pesar de que la nueva cepa Ómicron del virus Sars-Cov-2 parece ser más transmisible.
El organismo de las aerolíneas agregó que otras características de ese compartimiento, incluido el uso obligatorio de máscaras a bordo y los requisitos en torno a las pruebas y/o certificados de vacunación, hacían que el riesgo de contraer la enfermedad fuera muy bajo.
Las autoridades de salud pública no han sugerido más medidas para ambientes interiores como resultado de la propagación de Ómicron, en tanto el consejo de la IATA para los viajeros, incluido el uso correcto de máscaras, tampoco cambió.
Sin embargo, ante la rápida trasmisión de esa variante del coronavirus SARS-Cov-2 las compañías aéreas han cancelado vuelos y licenciaron a personal contagiado para que se aíslen, como marcan los protocolos sanitarios.
Producto de eso se generó una crisis, dentro de la crisis sanitaria, que comenzó durante la Navidad, en particular el pasado fin de semana del 25 y 26 de diciembre, que dio como resultado hasta ayer la suspensión de más 10 mil vuelos.
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