A pesar de los informes que indican el colapso de la reunión, que entró en su cuarto día este jueves, el portavoz del gobierno Mohamed Ibrahim Moalimuu dijo que los «fuertes debates» seguían en marcha y desestimó las afirmaciones que sugerían la ruptura de las conversaciones.
Roble argumentó que no podrá celebrar los comicios de forma aceptable para todas las partes si no se encarga de la seguridad del país, una semana después de haber acusado al presidente Mohamed «Farmajo» Abdullahi de intentar derrocar su ejecutivo.
El jefe de gobierno acusó reiteradamente a «Farmajo», cuyo mandato concluyó en abril del año pasado, de inmiscuirse en el proceso electoral con el uso de las fuerzas armadas.
Somalia no celebró elecciones presidenciales en por lo menos 50 años y vive una situación de inestabilidad política desde 1991 cuando fue derrocado el ya fallecido mandatario Mohamed Siad Barre.
«Teniendo en cuenta los acontecimientos del 24 de abril y del 27 de diciembre de 2021 (cuando «Farmajo» intentó destituir a Roble), el primer ministro y el consejo de ministros deben hacerse cargo plenamente de la seguridad del país», tuiteó este jueves el líder del partido opositor Wadajir, Abdirahman Abdishakur.
Desde este lunes, y bajo la convocatoria de Roble, se reúnen en Mogadiscio el Consejo Consultivo Nacional con partidos políticos, gobernantes regionales y diplomáticos extranjeros en aras de una hoja de ruta hacia la cita en las urnas.
En diciembre de 2020 debió completarse la elección de los miembros al parlamento, que a su vez escogería al jefe de Estado (enero del año pasado). Este país tiene un complejo sistema de votación indirecto.
En abril del año pasado combatientes progobierno y opositores se enfrentaron a disparos en las calles de Mogadiscio, después de que «Farmajo» extendiera su período de gobierno sin celebrar elecciones. La crisis constitucional fue aplacada cuando el jefe de Estado dio marcha atrás en su decisión y Roble negoció un calendario electoral.
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