Aunque aclaró que el veredicto no puede ser revocado, la Procuradora General para Inglaterra y Gales informó a través de Twitter que se reserva el derecho de dar a otros jueces la oportunidad de revisar la ley para el futuro.
Los cuatro activistas estaban acusados de daño criminal por su participación en junio de 2020 en el derribo de la estatua del comerciante de esclavos Edward Colston durante una protesta inspirada por el movimiento antirracista que surgió en Estados Unidos tras la muerte del afronorteamericano George Floyd a manos de un policía blanco.
La exoneración de los “Cuatro de Colston”, como los bautizó la prensa local, generó una gran controversia en el país, sobre todo en los círculos conservadores.
El exministro de Justicia Robert Buckland fue uno de los primeros en pedir a la Fiscalía que envíe en caso a la corte de apelaciones, mientras que otras personas también criticaron la decisión del jurado.
El primer ministro Boris Johnson se mostró, sin embargo, más conciliador, al considerar que el retiro de estatuas y monumentos erigidos en memoria de figuras del pasado deben hacerse de forma democrática.
El gobernante conservador recordó, no obstante, que “para bien o para mal”, Reino Unido tiene un legado histórico complejo y diverso, por lo que se mostró contrario a los intentos de reescribir la historia del país.
Durante el juicio, los cuatro acusados no negaron su participación en los hechos ocurridos el 7 de junio de 2020, y alegaron que el monumento al esclavista del siglo XVII era una ofensa para la ciudad.
Tras la protesta antirracista de Bristol, un grupo de estudiantes retomó, aunque hasta ahora sin éxito, la demanda para que se retire la estatua del colonialista Cecil Rhodes de la Universidad de Oxford, y varios manifestantes vandalizaron el monumento al ex primer ministro Winston Churchill en la plaza del Parlamento.
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