Según ese despacho, los cancilleres Wang Yi y Sergei Lavrov abordaron esos temas hace unas horas en conversación telefónica y determinaron que sus países como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones- deben evitar a que se desate el caos en la zona.
Acordaron profundizar la coordinación y la cooperación, oponerse a la injerencia en los asuntos internos de las naciones de la región, y frenar las «revoluciones de color» y las insurrecciones de las tres fuerzas del terrorismo, el separatismo y el extremismo.
“Las dos partes deben dar pleno juego a sus respectivas fortalezas, ayudar a los países de Asia Central a luchar contra la pandemia (de Covid-19), desarrollar sus economías y esforzarse por eliminar el caldo de cultivo de los disturbios en la sociedad”, dijo Wang.
También propuso apoyar a la Organización de Cooperación de Shanghái y a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) a fin de abordar conjunta y eficazmente los diversos desafíos a la seguridad regional.
Mientras, Lavrov se refirió al rol de fuerzas externas en las protestas kazajas, actualizó a Wang sobre un progresivo control de la situación y el despliegue de tropas de la OTSC, a petición del Gobierno local.
Los cancilleres también pasaron revista al estado de los nexos bilaterales y al viaje previsto a China del presidente ruso, Vladimir Putin, para asistir a la apertura de las 24 Olimpiadas y Paralimpiadas Invernales Beijing-2022, a principios del mes próximo.
Wang Yi destacó que esa visita “será un evento importante en las relaciones internacionales al comienzo de este año”, porque además propiciará un encuentro presencial con su homólogo anfitrión, Xi Jinping.
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