El dato lo constató el titular tras sobrevolar la isla Isabela, donde se ubica el coloso más alto de los cinco de ese territorio, declarado primer patrimonio natural de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
De acuerdo con la información ofrecida por Manrique, pese a los flujos, por el momento no existe riesgo para las especies que habitan la isla, en especial la iguana rosada, oriunda de la zona.
“La dirección que han tomado los flujos de lava y el desarrollo general de la erupción, nos permite señalar que la población de iguana rosada, se mantiene fuera de peligro”, precisó.
Por su parte, en un boletín, la cartera de estado especificó que el magma ha recorrido unos 15 kilómetros desde el inicio de la actividad y se ha desplazado por antiguos campos de lava de erupciones anteriores y sobre vegetación de la zona árida, donde predominan bosques de palosanto, chala, romerillo y otras especies de flora nativa y endémica.
“En la zona de impacto de la erupción existe muy poca fauna emblemática; sin embargo, las especies han evolucionado con estos procesos naturales que son parte de la dinámica normal de los ecosistemas en Galápagos», agregó la instancia.
Al respecto, Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, recalcó que las poblaciones de iguanas, tortugas y aves se encuentran al norte del volcán, donde históricamente hay registros de menor actividad volcánica.
Las autoridades aclararon que las erupciones volcánicas son procesos naturales mediante los cuales se originaron las islas Galápagos.
Igualmente reiteraron que mantendrán el monitoreo del fenómeno para documentar posibles cambios en el ecosistema.
El volcán Wolf se reactivó el pasado 7 de enero después de siete años de relativa calma.
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