El presente mandato de la misión de apoyo (denominada Samim) finalizará el próximo sábado 15 de enero, de ahí la pertinencia del análisis a fin de evitar la expansión del flagelo.
Como antesala, ayer sesionó en la ciudad de Lilongwe, Malawi, una reunión extraordinaria de la Troika del Órgano de Cooperación en las áreas de Política, Defensa y Seguridad de la SADC, encabezada por el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.
En el foro intervinieron los tres miembros de la actual Troika (Botswana, Namibia y Sudáfrica), así como representantes de Mozambique y los estados contribuyentes con personal en la Samim (Botswana, Sudáfrica, Malawi, República Democrática del Congo, Angola, Lesotho, Tanzania y Zimbabwe).
Los enfrentamientos contra los grupos insurgentes en Cabo Delgado cuentan con la participación de las Fuerzas de Defensa y Seguridad mozambiqueñas, la Samim y un contingente ruandés, pero reportes oficiales señalan que todavía las manifestaciones de extremismo violento representan un desafío para el territorio.
Según opinó Ramaphosa, el terrorismo no debe continuar presente en la región, pues “hace retroceder la estabilidad y el progreso que la SADC ha logrado en las cuatro décadas de su existencia”.
La decisión de desplegar la Misión de la SADC en Mozambique, aseguró, es “una actividad noble en nuestra respuesta regional colectiva” en la lucha contra el terrorismo.
“Estamos notando un avance significativo en el campo de la seguridad, lo que trae la posibilidad de una reanudación de la vida normal en Cabo Delgado (…), nuestra misión ahora es extender la misión en el terreno, decisión que debe ser aprobada en la cumbre de este miércoles», declaró.
La cita sesionará en Lilongwe, encabezada por el jefe de Estado de Malawi, Lazarus Chakwera, y los mandatarios, además de evaluar la misión de apoyo, deberán considerar las vías para su financiamiento.
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