El nacimiento de Gibara, en 1817, lo marca la colocación de la primera piedra de una fortificación localizada en punta de Yarey, lugar en el cual está la Batería Fernando VII, Monumento Nacional.
Desde entonces, la urbe costera acumula diversos atractivos, desde su inigualable naturaleza con sitios emblemáticos, como la cueva de los Panaderos o su bahía, donde hizo estancia Cristóbal Colón cuando llegó a Cuba en 1492; hasta su rico patrimonio inmobiliario.
Precisamente, la combinación de estilos arquitectónico de los siglos XIX, XX y XXI son visibles en el sistema de fortificaciones; la Casa de la Cultura o el Museo de Artes Decorativas.
En el parque Calixto García –anteriormente Plaza de Armas-, la Villa Blanca de los Cangrejos tiene su propia Estatua de la Libertad, develada en octubre de 1915 y en cuya base tiene la inscripción: “Gibara tiene Estatua de la Libertad, porque se la merece (hecha por suscripción popular)”.
No es por gusto, esta ciudad fue musa del cineasta Humberto Solás y protagonista, indiscutible, del Festival Internacional de Cine –continuador del de Cine Pobre-, al que, en cada edición, asisten artistas de Cuba y el mundo para entregar arte y alma en calles, plazas, cines y otros espacios gibareños.
A sus más de dos siglos llega con nuevos bríos y la remodelación de su centro histórico -Monumento Nacional-, así como con nuevas y reparadas instalaciones y el mejoramiento de viales y de la carretera que une a Gibara con la cabecera provincial, de unos 35 kilómetros de distancia.
El carisma de su pueblo, junto a estas singularidades del territorio, la belleza natural del municipio y el desarrollo de instalaciones hoteleras y extrahoteleras, propiciaron que fuera declarada destino turístico durante la Feria Internacional de Turismo de 2017, celebrado en Holguín.
De ahí que el número de visitantes haya aumentado con los años, los que, además, quedan encantados con la culinaria local, con platos típicos de gran aceptación, entre ellos las jaibitas (cangrejo de agua dulce) rellenas; el Caro -especie de torta hecha con la hueva de los cangrejos- y el cóctel de ostiones.
Gibara celebra sus 205 cumpleaños con el amor de sus hijos, el deseo de sus fieles visitantes de regresar a ella y el orgullo de ser hoy y siempre, esa ciudad de leyendas y encantos.
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