En el informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo. Tendencias 2022, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que se necesitarán años para reparar ese daño.
Afectaciones con consecuencias a largo plazo en la participación en la fuerza de trabajo, los ingresos de los hogares y la cohesión social y, posiblemente, sobre la política, agrega.
Para ser sostenible, esta recuperación debe basarse en los principios del trabajo decente, con inclusión de salud y seguridad, igualdad, protección social y diálogo social, afirmó el director general de la OIT, Guy Ryder.
El informe destaca la divergencia de la reanimación en los mercados laborales de todas las regiones y ejemplifica como en Europa y América del norte se observan indicios más alentadores, mientras el panorama más negativo corresponde a Asia suroriental y América Latina y el Caribe.
A nivel nacional, la recuperación laboral más fuerte se ubica en los países de ingreso alto, en tanto las economías de ingreso medio y bajo son las que salen peor paradas.
También resalta que el efecto desproporcionado de la crisis en el empleo femenino se mantendrá en los próximos años, y como a largo plazo, el cierre de instituciones educacionales y formación tendrá un efecto dominó para los jóvenes, en particular para quienes no tienen acceso a Internet.
La OIT significa que tras dos años de crisis, la perspectiva sigue siendo frágil y la vía hacia la recuperación es lenta e incierta, pues hay daños potencialmente duraderos junto con un preocupante aumento de la pobreza y la desigualdad.
En sus previsiones el número de desempleados a nivel mundial se situará este año en 207 millones a pesar de la recuperación económica prevista, lo que representa un descenso de siete millones de parados en comparación con el año pasado, pero todavía 21 millones más que en 2019.
Esa entidad ahora proyecta un déficit en horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, previsiones que indican que el desempleo global se mantendrá por encima de los niveles anteriores a la pandemia hasta 2023 como mínimo.
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