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Uruguay anhela entre crispaciones acuerdo comercial con China

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Hugo Rius* Montevideo (Prensa Latina) Atrás quedó 2021 junto al objetivo de Uruguay de cerrarlo con un estudio de factibilidad para un Tratado Comercial con China, cuya anhelada conclusión encontró más obstáculos de los previsibles.

Una lógica histórica proyectó esa meta final, ya que la segunda economía del mundo y el país suramericano mostraron desde el 2013 un potencial de crecimiento en relación comercial complementaria.

Si en los años 2000 las ventas uruguayas hacia China representaban el cinco por ciento de las exportaciones, en 2020 alcanzaron dos mil 157 millones de dólares, casi el 30 por ciento, traducidas en productos agrícolas, agroindustriales y materias primas.

Los impulsores de conseguir un llamado Tratado de Libre Comercio (TLC) con China abrigan expectativas de eliminación o reducción de aranceles, puesto que un 52 por ciento del volumen exportado a ese mercado paga un gravamen de 11 a 20 por ciento.

Un minucioso estudio aportado por la Cámara de Industria señaló que este es uno de los asuntos que requieren de una cuidadosa y compleja negociación para graduar los beneficios mutuos hasta un alto estándar de liberalización.

También enumeró algunas ramas por proteger calificadas de sensibles, ante el gigante socio, como por ejemplo el aluminio, con el que compite en precios por debajo del promedio mundial, o su calzado que desplazó a productores nacionales en los mercados locales latinoamericanos.

El documento añadió que el área de textil y vestimenta es pequeña, atomizada y podría verse afectada muy negativamente, al tiempo que para el plástico entrañará “un gran riesgo para la producción nacional y afectará las exportaciones al Mercosur”.

“El Gobierno deberá decidir durante el proceso, cuál es el alcance en cada uno de estos temas en función del balance de la negociación y, por cierto, salvaguardando los intereses nacionales”, subrayó el citado análisis- A juicio del economista y senador del Frente Amplio, Daniel Olesker ese proyectado TLC “solo favorece al núcleo duro exportador”, unos 30 empresarios que se llevan el 90 por ciento y, en cambio, se perderán puestos de trabajo.

Otro crítico experto apuntó que si Uruguay libera importaciones de China afectaría relaciones con Argentina y Brasil y, a su vez, no diversifica productos con lo que el país saldría del esquema exportador de recursos naturales. “Se profundizaría un destino de república bananera”, sentenció.

A comienzos de setiembre el presidente Luis Lacalle Pou anunció el inicio de un estudio de factibilidad para un tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y la República Popular China.

El gobierno de Beijing respondió por carta que aceptaba la propuesta de comenzar a negociar un acuerdo, precedido de ese estudio de factibilidad que estaría listo antes de fin del 2021.

Pero el propio canciller uruguayo, Francisco Bustillo, reconoció difícil poner un plazo final para un estudio del que se desprenderá cuales sectores serán los más beneficiados y cuáles los perjudicados.

El actual mandatario retomó una legítima agenda de gobiernos anteriores de una mayor inserción en el comercio internacional, pero generó con sus propósitos y lenguaje desafiante un corto circuito en el Mercado Común del Sur (Mercosur).

De entrada, las normativas del bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay enfatizan en la negociación en conjunto de pactos comerciales extrarregionales del talante del que tiene en cartera su último socio.

La cumbre semestral presidida por Argentina evidenció tensiones internas, desde el momento en que Lacalle Pou tildó a Mercosur de “lastre”, y el anfitrión Alberto Fernández, en respuesta, invitó a quien así crea a “bajarse del barco”, lo que instaló crispaciones internas todavía latentes.

Tampoco fue distinta la cumbre siguiente, de diciembre pasado, bajo el mandato de Brasil, pues Uruguay se distanció de suscribir una declaración conjunta para impulsar un Acuerdo de Arancel Externo, negociado antes por las cancillerías de Buenos Aires y Brasilia.

Sin embargo el economista Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional de la Universidad de la República (Udelar), interpretó un cambio de contexto,” al adquirir Brasil un relato de apertura comercial y una posición crítica sobre el Mercosur, que lo cambia todo”.

De cualquier forma estimó que no será fácil para Uruguay sellar un TLC con China, aun con el pragmatismo demostrado por el gobierno de Xi Jinping, capaz de dejar pendiente cualquier punto de discordia para más adelante.

Opinó que la mayor oportunidad se dará en los próximos meses durante la presidencia de Brasil con Jair Bolsonaro, ya que el apoyo tácito de ese país podría perderse con un cambio de gobierno, dado el favoritismo actual por el exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva, en las elecciones de octubre de 2022.

Analistas proyectan que a la larga ni Brasil ni Argentina dirán nada pues saben que, tarde o temprano, también tendrán que negociar y firmar un TLC con China, que es la segunda potencia mundial y probablemente la primera en algún tiempo.

Ante lo que Lacalle Pou esgrime en distintos foros como acciones para modernizar y flexibilizar el Mercosur, el senador de su Partido Nacional, Gustavo Penadés opinó que “sacudió la modorra” del bloque.

En el mismo ámbito parlamentario, el diputado frenteamplista Daniel Caggiani reconoció que Uruguay necesita una mayor inserción internacional pero “si se hace a espaldas de los socios regionales, podría tener efecto negativo, y hay que tratar de lograr mejores preferencias arancelarias, y no perder las que ya se tienen”

Por su parte, el senador correligionario José Carlos Mahía aprobó abrirse al mundo con el Mercosur y citó 16 acuerdos abarcadores de cooperación estratégica que el presidente Tabaré Vázquez firmó con Xi Jinping.

Lo que se debe tener en cuenta es el movimiento por bloques del mundo, lo cual hace más complejo y difícil que prioricen a Uruguay en forma aislada, por sus dimensiones demográficas, entre otros factores, advirtió enfáticamente el legislador.

rmh/hr

*Corresponsal jefe de Prensa Latina en Uruguay

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