Ello será resultado de una reactivación de su mercado laboral muy limitada, basada en gran medida en el trabajo informal, dando como resultado un desempleo del 10 por ciento, que disminuiría a 9,3 por ciento en 2022 y a 8,8 en 2023, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ambos niveles siguen por debajo de la tasa de 7,9 por ciento registrada en 2019, antes del inicio de la pandemia de la Covid-19, señaló el informe Perspectivas sociales y del desempleo en el mundo 2022, publicado por esa agencia de la ONU.
Esos porcentajes se traducen en 28,8 millones de desempleados en América Latina y el Caribe en 2022 y 27,6 millones en 2023, para 2019 el número se ubicó en 24,3 millones.
La OIT señaló que la región fue la más gravemente azotada por el Covid-19 en 2020, con altos niveles de contagio y mortalidad, una caída del 7,5 por ciento del Producto Interno Bruto, y un descenso de la ocupación equivalente a 36 millones de empleos de tiempo completo.
En 2020, la subregión de América registró una pérdida neta de empleo de aproximadamente 25 millones de personas, de los cuales casi el 82 por ciento se tradujo en salidas de la fuerza laboral.
Mientras la crisis sanitaria y económica afectó a todos los sectores, las medidas de contención del virus Sars-Cov-2 y las restricciones de movilidad protegieron la reubicación laboral en el trabajo informal, lo cual en situaciones previas similares fue un mecanismo de ajuste laboral en la región.
La OIT consideró que el cierre y la desaparición de millones de micro, pequeñas y medianas empresas sugiere que la recuperación laboral se retrasará en línea con el lento avance de la recuperación económica, lo que probablemente deteriore la calidad del empleo.
Asimismo, estimó que el número total de empleados en 2022 rondará los 460 millones de personas, 12 millones más que en 2021 y tres millones menos que en 2019, año previo al estallido de la pandemia.
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