“La situación de la deuda debe preocuparnos”, señaló a France Info Villeroy, “estamos ahora en el 115 por ciento del PIB”, un nivel que es “demasiado alto”, teniendo en cuenta que a finales de 2019 la deuda del país se encontraba en el 97,6 por ciento.
El gobernador consideró que el esfuerzo presupuestario realizado durante la crisis sanitaria ya no está justificado y es incompatible con la situación actual de las finanzas públicas, y en ese sentido advirtió a los candidatos presidenciales que tras la crisis sanitaria no será posible planificar recortes de impuestos o gastos adicionales, como sugieren algunos de ellos en la precampaña electoral.
“En la situación en la que estamos, esto aumentaría aún más la deuda”, alertó el gobernador, asegurando que “no se puede confiar en que los tipos de interés se mantengan siempre en su nivel favorable actual”, ni descartar una nueva crisis “y entonces habrá una gran necesidad de inversiones verdes”, dijo.
Villeroy consideró que en la actualidad “tenemos un buen crecimiento que no se ve afectado por Ómicron” pero con una inflación demasiado alta, por lo que confió en rebajar el indicador al dos por ciento para final de año y mantenerlo a largo plazo por debajo de esa cifra.
Por ello, añadió que además de limitar el aumento del gasto público, las autoridades francesas deberían centrarse en los próximos años en llevar a cabo «reformas fundamentales» que apoyen el crecimiento a largo plazo y mejoren la situación de las finanzas públicas.
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