Según la fuente, en medio de la hambruna extrema en el territorio nacional causada por el déficit de lluvias, numerosos desplazados internos levantaron improvisados campamentos en las afueras de Mogadiscio, pese a la pandemia de Covid-19, que hace estragos en este territorio.
Una mujer oriunda de la sureña región de Bajo Shabelle, Mahubo Adam, madre de cuatro hijos, manifestó que emigró desde esa demarcación luego de que su familia perdiera el ganado como consecuencia de la ausencia de lluvias.
Por su parte, Faisal Omar, a cargo del campamento de Najah, expresó que en ese sitio se alojan unas 350 personas, las cuales decidieron abandonar sus hogares ya que pasaban hambre en sus comunidades de origen por la escasez de alimentos, situación provocada a su vez por la falta de agua.
Otros residentes en improvisadas casas de campaña denunciaron, por otra parte, que viven hacinadas y expresaron sus temores de que el grupo extremista Al-Shabab, el cual controla zonas del centro y sur de este país, efectúe ataques armados contra ellos.
A mediados de diciembre pasado, organizaciones humanitarias advirtieron que unos cuatro millones de somalíes, particularmente de zonas del centro, están expuestas al hambre como consecuencia de la disminución del régimen de lluvias, fenómeno causado por el cambio climático.
De cara a esa tensa situación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura recientemente reiteró a la comunidad internacional su pedido de que haga llegar a este estado recursos financieros para la adquisición de alimentos con destino a las poblaciones necesitadas.
Somalia, además de afectaciones climáticas, sufre como país los embates del coronavirus SARS-Cov-2, causante de la Covid-19, una crisis política profundizada por la lucha por el poder y las violentas acciones del ente radical Al-Shabab, las cuales dejaron saldo de cientos de muertos, heridos y desplazados.
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