El canciller federal alemán, Olaf Scholz, no descartó la posibilidad de que los países occidentales apliquen medidas contra el nuevo gasoducto que enlaza a Rusia con ese país, en caso de una supuesta agresión de Moscú contra Ucrania.
Sobre tales declaraciones, Peskov recordó en declaraciones a la prensa que su país recibe de forma regular amenazas al respecto y admitió que la situación en Ucrania es muy tensa.
“Vemos que se le suministran armas, vemos distintas maniobras, vemos como los aviones de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y los países de Europa Occidental sobrevuelan su territorio. Todo esto está llevando a una escalada de tensión en torno a Ucrania”, dijo.
El jefe del servicio de prensa del Kremlin subrayó la importancia de que los socios de Moscú, incluido Berlín, también centren su atención en estos hechos. “Apreciamos mucho las relaciones con Alemania, son importantes para nosotros. Y esperamos que los desarrollemos de forma coherente”, apuntó.
Rusia ha reiterado que no atacará a Ucrania y que los movimientos de tropas, dentro de sus fronteras, son defensivos y constituyen un derecho soberano del país.
Ayer, en conversación telefónica, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, instó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a no replicar las especulaciones sobre una supuesta “agresión rusa” inminente contra Ucrania y le solicitó que exija a Kiev aplicar los acuerdos de Minsk para una solución pacífica del conflicto en Donbass.
También este martes, el ministro de Asuntos Exteriores dijo a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, en Moscú que los intentos de politizar la certificación y puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2 son contraproducentes.
En conferencia de prensa luego de las conversaciones oficiales, Lavrov subrayó que esa obra es el proyecto comercial más grande de la última década, destinado a garantizar la seguridad energética de ese país y de Europa.
La jefa de la diplomacia germana, por su parte, advirtió sobre el peligro de utilizar la energía como arma y enfatizó que, de suceder, tendrá consecuencias, incluso para el gasoducto Nord Stream 2.
Las obras del gasoducto fueron terminadas el pasado 10 de septiembre. Para comenzar a bombear el gas, su operador debe obtener la aprobación del regulador alemán, proceso de certificación que fue suspendido por la Agencia Federal de Redes de Alemania.
Moscú señaló en varias ocasiones que el gasoducto es un proyecto que se implementa con socios europeos y que Rusia nunca ha utilizado los recursos energéticos como instrumento de presión.
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