En declaraciones este jueves ante el Comité de Asuntos Constitucionales y Administración Pública del Parlamento, el legislador William Wragg afirmó que algunos de sus correligionarios están siendo presionados e intimidados por su deseo declarado, o supuesto, de someter a votación la confianza de la bancada en el gobernante.
Aunque es deber del gobierno garantizar sus intereses en la Cámara de los Comunes, su función no es quebrantar el código ministerial y amenazar a los legisladores con retirarle las inversiones en sus distritos electorales, las que en definitiva provienen del erario público, alertó el diputado, tras exhortar a sus colegas a reportar cualquier intento de chantaje a la Policía.
Wragg es uno de los miembros de la bancada conservadora que pidió la renuncia de Johnson luego del escándalo desatado por revelaciones de que los asesores y ayudantes del primer ministro celebraron fiestas en la residencia oficial en momentos en que el país estaba bajo una estricta cuarentena por la Covid-19.
El propio gobernante admitió la semana pasada que asistió a una de esas celebraciones con tragos de por medio en los jardines de Downing Street en mayo de 2020, y aunque se disculpó ante el Parlamento, alegó que siempre pensó que se trataba de una reunión de trabajo.
Días después, el diario The Telegraph reveló que el personal de la residencia oficial estuvo de fiesta el 16 de abril de 2021, en vísperas del funeral del esposo de la reina Isabel II, el príncipe Felipe, y luego el Daily Mirror informó de otro convite ilegal, esta vez en diciembre de 2020, y en el cual también habría estado Johnson.
Las escandalosas revelaciones desataron una tormenta dentro de las filas conservadoras, con al menos una docena de diputados que piden la dimisión del primer ministro, otro que se pasó a los laboristas en señal de desacuerdo, y uno que le pidió ayer directamente a Johnson en el Parlamento que se marchara «en el nombre de Dios.»
El gobernante alega, por su parte, que es necesario esperar por las conclusiones de una investiación interna que el mismo ordenó sobre las supuestas violaciones de las medidas de la cuarentena en Downing Street.
Las reglas del partido establecen que si 54 de los 360 legisladores conservadores informan por escrito al llamado Comité 1922 que no confían en su gobernante, entonces se convocaría a una votación secreta.
De no conseguir el apoyo de la mitad más uno de sus correligionarios (181 votos), el primer ministro tendría que renunciar y se abriría un concurso de liderazgo para escoger a su sustituto.
Hasta el momento se desconoce la cantidad de legisladores que han escrito al poderoso comité partidista para dejar constancia escrita de su desconfianza en Johnson.
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