En conferencia de prensa tras las conversaciones con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el funcionario destacó que ese fue uno de los resultados del encuentro, aunque los representantes de la Casa Blanca volvieron a tratar de condicionar cualquier avance al conflicto entre Moscú y Kiev.
“Nuestros colegas estadounidenses trataron de nuevo de dar prioridad a los problemas en la frontera entre Rusia y Ucrania, trataron de condicionar todo lo demás con la necesidad de la llamada desescalada. Esto ya ha pasado ser un tipo de conjuro”, apuntó.
Advirtió que en este momento cualquier debate sobre las relaciones entre Moscú y Washington se reduce a la situación en Ucrania. “En las relaciones ruso-estadounidenses todo se reduce a cómo se sienten Zelensky (Vladimir Zelesnky, el presidente de Ucrania) y su régimen. No es correcto”, subrayó.
El jefe de la diplomacia rusa señaló que su país no podrá evaluar si sus contactos con Washington están en el camino correcto o en el equivocado hasta que reciba respuestas por escrito de Estados Unidos a todos los puntos mencionados en los borradores de acuerdos entregados a la contraparte.
Dijo que en el diálogo con Blinken abordó el tema de las esferas de influencia estadounidenses en Europa. “Una Ucrania inestable es, de hecho, un factor de nuestra vida política común”, aseguró.
Aclaró que Moscú no reclama zonas de influencia, pero apuntó que las acciones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con respecto a Kiev muestran de manera evidente que ese bloque militar ve a Ucrania como su zona de influencia.
En los Balcanes Occidentales tratan de atraer a los países que aún permanecen fuera de la Unión Europea y de la OTAN hacia ella por las buenas o por las malas, a la vez que los disuaden de mantener relaciones estrechas con Rusia y China, indicó.
Aseguró que en sus contactos con Estados Unidos, Alemania y Francia, Moscú reitera la necesidad de que cese la connivencia con las acciones de Ucrania y de que se obligue a Kiev a cumplir con los acuerdos de Minsk, “con los que no solo se comprometió, sino que fueron aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU”.
Según Lavrov, Blinken manifestó que quedó satisfecho con el intercambio de puntos de vista que tuvieron durante la reunión, lo que les ayudará la próxima semana a proporcionar una respuesta por escrito a la parte rusa.
No obstante, señaló que la delegación estadounidense repitió los mismos argumentos sobre “la libertad de elección de bandos y de alianzas militares”.
Explicó que ante tales planteamientos, Moscú citó una serie de documentos en los que esa libertad de elección de alianzas está condicionada por la necesidad de evitar cualquier paso que fortalezca la seguridad de un estado a expensas de la seguridad de otros Estados.
“Le pedimos a Antony Blinken y su equipo que nos explicaran cómo interpretan esta parte de los compromisos que se adoptaron a nivel político en la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y se reafirmaron más de una vez”, declaró el canciller ruso.
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