El mecanismo sería, a juicio del gerente de la compañía Italo Cedeño, la solución definitiva para garantizar el buen funcionamiento del Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), que en dos años ha tenido al menos seis variantes para evitar la paralización de los servicios, todas afectadas por el fenómeno.
Al respecto, Cedeño señaló en entrevista televisiva que el nuevo canal tendría una longitud de entre 60 y 80 kilómetros, con una inversión de alrededor de 100 millones de dólares.
La propuesta es edificar la variante por el lado derecho del Río Quijos, pues los mayores perjuicios se evidencian en el lateral izquierdo, donde están ubicadas las tuberías del oleoducto.
Con una capacidad para transportar 360 mil barriles de petróleo al día, el SOTE se extiende por 497,7 kilómetros y atraviesa las tres regiones continentales del país, Costa, Sierra y Amazonía, con seis estaciones de bombeo y cuatro reductoras de presión.
En diciembre pasado, ese oleoducto, junto al Poliducto Shushufindi y el Oleoducto de Crudos Pesados OCP, paralizaron temporalmente sus operaciones, reanudadas tras la edificación de las variantes más recientes para mantener el transporte del crudo.
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