Dijo que su reactivación, si bien fue lenta, trajo expectativas, pero la nueva ola de contagios “es un desandar, sobre todo porque en hotelería había alta ocupación y el sector gastronómico se recuperaba”.
Rodríguez declaró al diario La República que “el impacto de la situación que se vive es grande” porque involucra al turismo de sol y playa, sobre todo en el este del país, tanto Maldonado como Rocha y en menor medida Canelones, que tienen la mayor afluencia del 25 de diciembre al 10 de enero.
Describió que en medio de todo eso, no sólo se suceden los contagios a nivel de los turistas, sino también de los trabajadores, lo que obligó a que algunos restaurantes tuvieran que tomar la medida de cerrar por tener más del 50 por ciento del personal en cuarentena.
A ello se sumaron cancelaciones de reservas, menos vuelos hacia Uruguay debido a tripulaciones que contrajeron la Covid-19, al igual que viajeros argentinos, la mayoría de vacacionistas, que cancelaron pasajes tras contagiarse también.
“El personal que esperó la llegada de muchos turistas fue enviado al seguro de paro, se tuvo que vacacionar o directamente la empresa, ya sea hotel o restaurante, tuvo que cerrar”, agregó el dirigente gremial.
Los operadores turísticos buscan la forma de reprogramar esas reservas que se cancelan, para que los turistas lleguen a Uruguay aunque sea en otra fecha a la prevista.
Mientras, recordó Rodríguez, “el sector hotelero mantiene el pedido del Impuesto al Valor Agregado Tasa Cero para poder ser sustentable y no enviar más personal al seguro de paro y se vuelve a solicitar la quita de los aportes patronales”, así como descuentos en tarifas de electricidad y agua, entre otros apoyos.
jha/hr