Versiones en las redes sociales mencionaron un intento de golpe de estado castrense, lo cual fue desmentido por el portavoz oficial del gobierno, Sangoule Lamizana, quien en entrevista radial además llamó a la población a la calma.
La incertidumbre causada por los incidentes en varios cuarteles aquí y en otras localidades siguió a los encontronazos la víspera entre manifestantes y la Policía en esta capital durante una protesta convocada por el proscrito movimiento Salvemos a Burkina.
Los protestantes criticaron lo que llaman impotencia del presidente burkinabé, Roch Marc Christian Kaboré, para controlar los ataques y atentados en el norte y el oriente del país reivindicados por grupos afiliados al Estado Islámico y a la red Al Qaeda.
Las fuerzas del orden dispersaron la protesta con el uso a discreción de granadas lacrimógenas, pero los manifestantes incendiaron una sede del partido Movimiento del Pueblo y por el Progreso, liderado por el mandatario.
Asimismo, la manifestación coreó su apoyo a la junta militar que gobierna Mali desde la asonada militar de mayo del año pasado, liderada por el coronel Assimi Goita, cabeza de un intento similar en agosto de 2020.
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