Seth Berkley, el director ejecutivo de la alianza de vacunas Gavi y uno de los creadores de la iniciativa, reveló que el plan necesita más de cinco mil millones de dólares para pagar jeringuillas y otros accesorios.
“Estamos en una posición en la que no podremos aceptar más donaciones de dosis a menos que obtengamos más efectivo”, expresó al periódico Financial Times.
Berkley sostuvo que si bien aun no se agota todo el dinero obtenido, cuando se le preguntó por el monto que le quedaba a Covax, respondió que ninguno.
El propio mecanismo, y la Organización Mundial de la Salud, han criticado la falta de visibilidad sobre las entregas y la corta vida útil de las donaciones realizadas a las naciones más pobres.
Según la misma fuente, algunos países donantes no cubren ciertos costos asociados con las donaciones, como cajas de seguridad, transporte y seguros, lo que retrasa la entrega a los territorios necesitados.
El funcionario reconoció igualmente que el riesgo de que se repita el nacionalismo en relación a los inmunizantes es alto si se requieren dosis dirigidas a nuevas variantes.
De acuerdo con la OMS alrededor de 86 países continúan teniendo tasas de cobertura de vacunas por debajo del 40 por ciento.
La iniciativa Covax, surgida en 2020, alegó que su misión sería el acceso equitativo a los inmunizantes contra el nuevo coronavirus.
Sin embargo, recibe críticas de manera regular pues es considerada por algunos como una institución donde los grandes actores privados como grandes farmacéuticas, que actúa por interés de lucro, deciden tanto o más que gobiernos e instancias públicas de la comunidad internacional.
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