En declaraciones al canal televisivo ORF Schallenberg dijo que “no se puede negar esa realidad geográfica y política» y llamó a los gobiernos del llamado viejo continente a “construir una arquitectura común de la seguridad”.
Las palabras del máximo representante de la diplomacia austríaca aluden a la tensa situación en la frontera entre Ucrania y Rusia y las denuncias desde Moscú sobre la intención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de expandir su presencia en la zona.
En ese escenario los diálogos no lograron disminuir las tensiones y en cambio Estados Unidos y otros países miembros de la alianza militar enviaron armas a Kiev bajo el argumento de un presunto ataque armado. Moscú calificó de absurdas y peligrosas esas acusaciones y demandó la renuncia a la ampliación de la OTAN hacia Este, así como al despliegue de armas ofensivas cerca de sus fronteras.
También exigió la retirada de las tropas y armamento de Bulgaria y Rumanía a las posiciones anteriores a 1997 lo que implica un repliegue a más de mil kilómetros de las fronteras rusas.
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